Una contracción muscular, como su nombre indica, es una contracción exagerada y también involuntaria de las fibras musculares, de manera continuada. Tienen la posibilidad de suceder en cualquier músculo y pese a no ser una lesión grave, sí es molesta y puede impedir efectuar nuestra actividad habitual debido al mal. Las contracturas musculares son un mal común en los deportistas y uno de los más importantes fundamentos a fin de que tengamos que efectuar un parón inoportuno en nuestro entrenamiento. Para evitar estos parones debemos comprender cómo tratar esta dolencia.
Al realizar cualquier esfuerzo físico, el cuerpo genera substancias de desechos, llamadas metabolitos. Si no se es capaz de depurar estos metabolitos al torrente sanguíneo, se acumulan y desarrollan dolor e inflamación. La temperatura bastante elevada, aunque es perseguida por algunas personas, de todos modos es contraproducente, ya que contrae el músculo y ejercita un efecto contrario al perseguido.
Cuando la contracción muscular está en los primeros estadios, se puede utilizar calor seco en la zona afectada. El calor seco lo generan las mantas eléctricas o las almohadillas terapéuticas y va a hacer que los músculos se relajen porque tiene un efecto delicadamente analgésico. En el caso de que el mal persista, un médico o farmacéutico puede recomendar la utilización de antiinflamatorios orales o locales.
Frío O Calor: ¿cuándo Es Mejor Utilizar Cada Uno De Ellos?
El hielo tiene un efecto anestésico que impide sentir una quemadura por frío en la piel. Lo que impide que llegue más sangre a esa zona disminuyendo y ralentizando el desarrollo inflamatorio y de propagación. Hay que eludir el uso del calor en la región si existe inflamación. Del mismo modo, evitaremos su uso si hubo traumatismos recientes con inflamación o derrame, si la región está infectada, o si hay problemas de tensión arterial. Estas contracturas musculares se muestran cuando el músculo es incapaz de volver a su estado de reposo, comunmente por una enorme carga de trabajo. Es mejor aplicarlo de manera discontinua y dejar un tiempo de reposo entre una y otra.
Eso, junto con el resto de pautas que te dé tu fisioterapeuta, hará que el dolor reduzca y logre progresar ligeramente la movilidad de la región. El vendaje neuromuscular puede ser un óptimo tratamiento siempre que sea efectuado por un profesional. Practica estiramientos y ejercicios de relajación al principio y en el final del día para dar movilidad a la zona.
Cuando un músculo está desgastado por una lesión o aun fatigado, la realización de actividad física puede provocar una contracción muscular. Esta causa es muy dada en personas sedentarias que son más susceptibles a sufrirlas. Una vez que hemos aliviado el mal, hallar que no vuelva a manifestarse. Corregir malas posiciones, cambiar la almohada, afrontar los retos con tranquilidad y realizar ejercicio. Con la actividad física, fortalecemos los músculos y somos más resistentes a padecer mal muscular. Las causas de una contractura muscular pueden ser varias y, como ahora hemos comentado anteriormente, no es solo cosa de deportistas.
Guía Definitiva Sobre El Dolor Muscular: Aprende Cuándo Tienes Que Utilizar Calor O Frío
Resulta conveniente no olvidar que el calor no es un tratamiento en sí, sino una simple asistencia. Si calentamos un tejido para prepararlo para un tratamiento pero no lo tratamos, no servirá de nada. Aumenta el flujo sanguíneo, mejorando el aporte de nutrientes a los tejidos cariños. Es importante no exceder este tiempo para eludir el “efecto rebote”. Este se da cuando la temperatura de la piel baja en exceso y el cuerpo provoca una vasodilatación para que llegue más sangre a fin de subir la temperatura de la zona y de esta manera evitar la quemadura por frío.
El calor seco, como el que generan las mantas eléctricas o las almohadillas terapéuticas, son una aceptable opción para aliviar la espalda en nuestro propio hogar. El calor puede aplicarse en la región afectada con bolsas de gel, la misma que antes congelábamos en el congelador, o bolsas de semillas calentadas en microondas o, si se especifica en el embalaje, en el horno. Es conveniente para aliviar inflamaciones y mejorar la rigidez muscular, por el hecho de que consigue acrecentar la flexibilidad del tejido. Si el frío te ayuda con tu mal, no es necesario que cambies a poner calor tras 48 horas o que alternes frío y calor. Los dolores más habituales en España, según el Barómetro del Dolor 2017 de GSK-Voltadol, son el dolor de espalda, cuello y lumbares, que afectan a un 37% de la población.
Pechos Enormes Y Mal De Espalda ¿qué Puedo Llevar A Cabo?
En todo caso, si dudas entre alternar calor y frío, puedes probar a sumergir una articulación primero en agua caliente y después, en agua fría, para regresar a sumergirla nuevamente en agua ardiente. Si esto te contribuye a aliviar el mal y incordiar, puedes alternar frío / calor. Asimismo puede usarse como procedimiento de prevención lo que se utiliza para tratar la contracción muscular, como la aplicación de calor seco, los baños de contraste o los masajes. Las contracturas musculares pueden prevenirse eludiendo movimientos o movimientos repetitivos. Pero si por fundamentos laborales o deportivos tiene que repetirse un mismo ademán, tienen la posibilidad de hacerse unas breves rutinas de ejercicios de estiramientos y movilidad articular para elaborar las zonas expuestas a la lesión. Asimismo es primordial corregir las malas posiciones que se adoptan en el sofá, en la silla de la oficina o en cama.
El calor está indicado, por ejemplo, en contracturas, mal de cuello, dolor de rodillas, mal de espalda… Cualquier dolor que no tenga inflamación. El frío contribuye a calmar la sensación de mal y puede reducir la inflamación justo tras un golpe. Es por eso con lo que la app de frío se recomienda para tras una caída, una contusión, un traumatismo o un golpe por lo general. Este género de tratamiento es más común en dolencias musculares en los que no haya inflamación.
Al abrir el envase y quedar el parche en contacto con el oxígeno, se activa el calor del mismo. Tras aplicar el calor, cuando notes que la bolsa empieza a enfriarse, retírala y tapa la región con un paño para retener el calor. El frío puede utilizarse 2-3 veces cada día a lo largo de 30 minutos cada vez.
Comentarios
En la infografía inferior te exponemos varios de los ejercicios más habituales que estas disciplinas nos ofrecen para impedir las contracturas y acrecentar nuestro bienestar. Metidos de lleno en el otoño, podemos decir que casi todos hemos vuelto a nuestra rutina. Al instituto, al trabajo, a las idas y venidas y a un sinfín de tareas que todos llevamos a cabo en todo el día. Para afrontarlas con ánimo, requerimos una aceptable dosis de energía y, más que nada, sentirnos bien.
Para Calmar Las Contracturas, ¿frío O Calor?
Todos ellos contribuyen a aplicar calor en la zona y aliviar el mal. La app de calor se recomienda en dolores musculares o articulares en los que no se genere una inflamación. De esta forma, los dolores articulares y las contracturas musculares, al producirse por un sobresfuerzo y, de entrada, no tener inflamación, deben ser tratadas con calor al ser relajante. Y, finalmente, se puede tratar una contracción muscular muscular con masajes.
Aplica calor si sufres una contractura, rigidez o mal muscular después de 48h tras la lesión. Asimismo puedes utilizar calor para los dolores viscerales, como los provocados por la regla, cólicos y gases. Resumiendo lo comentado en el artículo concreto sobre termoterapia, podemos decir que, generalmente, vamos a aplicar calor en dolores musculares o articulares en los que no haya inflamación, hinchazón de la región. Por servirnos de un ejemplo, en una contracción muscular muscular, para calmar un mal articular (cervical, lumbar, artrosis de rodilla…). Si el dolor hay que a una lesión sufrida mientras que practicábamos un deporte, debemos entender que no es conveniente aplicar calor en un primer instante. En estos casos, se aconseja aplicar frío para cortar el dolor y evitar la inflamación en la zona.