La norma nos comunica que la Crioterapia o app de frío nos asistencia en las lesiones recientes o que están en etapa de inflamación aguda y la Termoterapia o app de calor en lesión de caracter crónico o muscular. Si se supone que hay que aplicar frío en las lesiones, pero no en el mal muscular, ¿qué hacer con las lesiones musculares ? Puede ser una pregunta complicada, pero el frío es preferible en la mayoría de las situaciones, pero solo a lo largo de los primeros días, y solo si realmente es una lesión muscular.
Los baños de contraste los emplearemos en las extremidades distales (manos/muñecas y pies/tobillos), siempre y cuando haya edema (gran inflamación). Pues al utilizar frío, hacemos que los vasos sanguíneos y linfáticos se cierren de golpe y se mantengan de este modo. No obstante, si previamente hemos aplicado calor, conseguimos dilatar estos vasos, la fuerza al cerrarse va a ser mayor, por lo que el empuje de drenaje va a ser más eficaz; por consiguiente, este gesto se repetirá unas tres ocasiones.
Aplicación De Frío Y Calor De Manera Intermitente
El hielo puede agravar los síntomas de rigidez y contracturas, asimismo puede lograr que el dolor empeore cuando no se requiere. Alternar entre la app de frío y calor se llama terapia de contraste. Es extremadamente incitante y se usa en su mayoría para facilitar la recuperación de lesiones. Jamás utilizaremos el hielo de manera directa sobre la piel, siempre vamos a poner algún tipo de cubierta protectora entre la piel y el hielo para eludir dañar la piel. Se puede usar en lesiones musculares, articulares y en ligamentos. Tendrá un efecto fundamental sobre todo en lesiones articulares (tobillos, hombros, codos…) y en el caso de esguinces y torceduras .
Su gran aceptación reside eminentemente en visto que los pacientes se tienen la posibilidad de utilizar ellos mismos en casa, sin precisar acudir a un centro especializado. Como es lógico, no para todos las clases de lesiones que suframos tenemos la posibilidad de utilizar frío y calor, en tanto que no efectuar el debido tratamiento de Crioterapia o Termoterapia puede acarrear problemas que agraven la lesión o el dolor. Soy José Luis Penadés y soy osteópata y fisioterapeuta en Barcelona. La regla de oro y la sabiduría habitual nos cuentan que el hielo es para las lesiones recientes, también conocidas como agudas, y el calor se aplica en molestias crónicas y dolores musculares pero lo importante, como en todo, son los detalles. A menudo nos hacéis esta pregunta, en ocasiones para casos concretos, otras buscáis una norma universal. Ya que bien, partiendo de que vas al médico y te dice que te pongas calor, y luego llegas al fisio y te dice que frío, luego el otro que si baños de contraste…, es fácil deducir que no hay regla universal pues tampoco hay bastante consenso.
La aplicación de frío y calor será durante periodos máximos de 20 MINUTOS / cada 2 HORAS. La TERMOTERAPIA se aplica para CONTRACTURAS musculares, lesiones CRÓNICAS, lesiones por sobreesfuerzo y/o AGUJETAS, ARTRITIS, malas posturas o también, rigidez muscular. Lo que impide que llegue más sangre a esa región reduciendo y ralentizando el desarrollo inflamatorio y de propagación. Los usos especiales del frío y calor son igualmente poderosos. Su beneficio no es por qué sea muy potente o extremadamente efectivo (como pueden ser determinados medicamentos), su recomendación es eminentemente pues es económico, sencillo y seguro, en especial comparado con otros tratamientos más invasivos. En esta guía rápida enseñamos cuándo utilizar frío o calor en las lesiones, cuándo no y por qué.
¿qué Me Coloco En Los Músculos? ¿frío O Calor?
Una verdadera lesión muscular comunmente avanza con un trauma evidente en el transcurso de un esfuerzo intenso, causando un mal súbito y severo. Si el músculo está realmente desgarrado, aplica frío donde se haya producido la inflamación. En el momento en que haya pasado lo peor de esta etapa aguda, transcurridos unos días, cambia a calor. Hay inquietudes en algunos casos por el hecho de que, por ejemplo, el frío actúa como relajante muscular a corto plazo, pero a medio y largo plazo es preferible el calor. En un “tirón” muscular realizando deporte, es mejor aplicar frío en el momento pero, pasadas las horas, el calor tendrá un efecto tranqulizante, relajante mucho más duradero, aparte de que la sensación de calor es mucho más agradable. Del mismo modo, en una contracción muscular muscular el frío puede calmar, pero el calor va a producir una sensación mucho más confortable y durable.
Este se da cuando la temperatura de la piel baja en exceso y el cuerpo provoca una vasodilatación a fin de que llegue más sangre a fin de subir la temperatura de la zona y así evitar la quemadura por frío. En el artículo, vamos a explicar en que casos conviene usar frío y en cuales calor. Justificaremos también el porqué, para que empecéis a emplearlos de manera correcta. A fin de que ayuda de referencia, y gracias a la sugerencia de un vitónico (¡gracias, XemarY), he desarrollado una pequeña tabla-resumen de cómo y cuándo utilizar frío o calor. El propósito es que les hagáis una idea general, pero tened presente que siempre que tengáis dudas es requisito preguntar a un profesional sanitario. No hay que olvidar que el frío altera la sensibilidad y puede ocasionar quemaduras, con lo que es esencial no colocarlo de forma directa sobre la piel, y controlar la región cada pocos minutos para revisar la integridad de la piel.
App De Frío
En lo que se refiere al frío, se aplica, al finalizar para evitar la inflamación de los tejidos damnificados. En el caso de traumatismo, no utilizarlo antes de que hayan pasado de 48 a 72 horas de la lesión. Aumenta el flujo sanguíneo, progresando el aporte de nutrientes a los tejidos afectos.
Si la lesión es de tipo muscular pero más en el sentido de dolor por los sacrificios diarios (la clásica contractura muscular, o acumulación de tensión en la zona), es mejor aplicar calor desde el primer momento. Nunca olvidar la posibilidad de padecer quemaduras, con lo que va a haber que revisar la zona cada pocos minutos. Además, el calor actúa bajando la presión arterial, con lo que, dependiendo de la región y forma en que se aplique, puede provocar mareos, incluso vahídos.
No aplicar calor encima de una zona sobre la que se haya puesto cremas o sprays de efecto calor, puesto que la suma de exactamente los mismos puede provocar quemaduras severas. Utilizar calor sobre una región durante mucho tiempo (como por ejemplo poner durante múltiples horas la manta eléctrica) es dañino pues provocará un edema y una viable quemadura. Aumenta su elasticidad y elasticidad, lo que optimización la contractibilidad del músculo y reduce la rigidez articular. Es conveniente no olvidar que el calor no es un régimen en sí, sino una simple ayuda. Si calentamos un tejido para prepararlo para un régimen pero no lo intentamos, no servirá de nada. Es esencial no exceder este tiempo para eludir el “efecto choque”.
Realmente, esta terapia se basa principalmente en una app de calor local que deja bajar la presión arterial y aumentar la presión sanguínea provocando un efecto de sedación y relajación que produce una reducción del dolor. Mencionado lo anterior, colocaremos un barreño de agua fría, con hielos flotando, bien fría (bueno, y si no se aguanta, pues lo mucho más fría que podáis), y otro de agua caliente (no para escaldar pollos, pero que se note que está calentita). He concretado ciertas principales advertencias, pero también las contraindicaciones y cautelas que hay que tener al utilizar frío y calor. No hay que olvidar que hay procesos que tienen la posibilidad de empeorar con el calor y otros con el frío. Hay algunos casos donde están contraindicados tanto el frío como el calor (por poner un ejemplo, si hay infección en la zona, o una herida sangrante). Tanto el frío como el calor tienen la posibilidad de causar un daño temporal, si bien menor, en el momento en que no se aplican apropiadamente.